"No sé cuántos años tendría pero sé que era una niña que aún seguía creyendo en mundos de fantasía. Fue en aquel momento cuando apareció mi madre con dos volúmenes, eran Cuentos al amor de la lumbre de Antonio Rodríguez Almodóvar, que a mí me parecieron horribles. Lo que menos entendía era la manera en que elogiaba aquellos libros, con ilustraciones tan “feas”y que distaban tanto de los dibujos coloridos que solía encontrar en las colecciones de cuentos que conocía. Y pasó el tiempo. Y empecé a leerlos. Poco a poco descubrí historias de todo tipo, que me resultaban conocidas. Y fui leyendo y releyendo, riéndome con sus “rarezas de príncipes” hasta más no poder. Y así fue cómo descubrí que un libro puede ser una maravillosa compañía y que los cuentos tradicionales son la base de toda la literatura. Almodóvar ha sabido con esta colección rescatar historias singulares de la oralidad y hacer que no sólo no se pierdan sino que también permitan a las nuevas generaciones conocer los orígenes de los cuentos con los que los abuelos nos llevaban a la cama.
Este es mi segundo año en el IES Alcaria y he podido comprobar cómo siguen despertando carcajadas e intrigas mis historias favoritas en mis alumnos."
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